jueves, 14 de mayo de 2009

No a los personajes en el aire (parte 1): Los escenarios accesibles

Ya tenés pensado un tema. Varios personajes con distintas personalidades se cruzan por tu mente. La trama está 80 % pensada. Muy bien. ¿Y ahora qué?

Ahora es el turno de los escenarios. No permitamos que los personajes estén en el aire por mucho tiempo. Tratemos de verlos dentro de un espacio, dentro específicamente de los lugares donde se desarrolla nuestra historia. Y para lograr eso, tenemos que ver nosotros también esos espacios.

Por un lado, están esos lugares generales: países, ciudades, pueblos. Por otro, los un poco más específicos: escuelas, hospitales, hoteles. Por último, los particulares: las casas de nuestros personajes, sus habitaciones, otras partes de la casa donde les guste pasar el rato, otros lugares particulares donde también lo hagan (casa de un amigo, novio, etc).

Todos estos lugares (conocidos) se pueden mezclar también con los que provienen de nuestra imaginación (desconocidos), sobretodo en la literatura fantástica. Por ejemplo, todo escritor puede crear su propia ciudad y hacer interactuar allí a sus personajes. Todo es posible siempre y cuando nos mantengamos en el campo de la verosimilitud.

Me encantaría poder seguir escribiendo desde la generalidad, pero lamentablemente la escritura es una práctica individual y todos los escritores, convengamos, solemos ser bastante jodidos. Me refiero a que todos tenemos nuestros libritos, nuestras manías y maneras de cómo hacer cada cosa. Está muy bien.

Por lo tanto, soporten que les hable un poco de mi relación particular con los espacios de mi novela.

Para empezar diría que mi novela, si bien tiene elementos fantásticos, no es una novela de fantasía. O por lo menos, no es el rasgo que yo quisiera destacar al escribirla.

El lugar general donde se desarrolla es una ciudad real y la elegí no por un motivo geográfico sino porque precisamente fue ahí donde nació mi protagonista, literalmente hablando. Yo estaba ahí cuando surgió en mi mente la primera idea, cuando Emma (se las presento, así se llama mi protagonista) apareció en mi cabeza.

Dentro de lo que tenemos accesible, siempre va a haber algo que nos pueda ayudar a ver los escenarios de la historia. Todo se va dando a partir de delimitar cuáles son los espacios generales y más o menos específicos en los que se desarrolla la novela.

Si muchas de sus escenas se dan en ámbitos interiores, felicitaciones, no tendrán que moverse tanto. Por ejemplo, si vemos que muchas de nuestras escenas se desarrollan en la habitación de nuestro personaje no tenemos más que sentarnos en la propia e investigarla como si fuera la primera vez que la vemos para poder describirla en un modo interesante y real. Si, en cambio, dentro de nuestros espacios predominan los exteriores, lo conveniente es salir a investigar, aún cuando ya conozcamos los lugares. Los ojos del escritor siempre ven las cosas de otra manera. Tomen cuaderno y lapicera y vayan a una plaza, a la salida de una escuela, observen qué hacen las personas mientras viajan en el subte, pasen por el restaurant repleto de esa esquina por la que siempre pasan y vean a la gente comer. Sé que suenan como ideas tontas, pero las creo elementales. Siempre se ve algo nuevo.

Sin embargo, no todo es color de rosa. ¿Qué pasa si lo que escribimos se desarrolla en un ámbito de playa y mucho sol y nosotros vivimos en plena ciudad? O, ¿qué pasa si vivimos en una ciudad costera y vemos a nuestros personajes en una ciudad de paisaje montañoso?

Primero, nos morimos de la angustia. Un bajón, como diríamos acá. Segundo, notamos que era obvio que iba a pasar. Generalmente, y corrijanme si me equivoco, situamos a nuestros personajes en espacios que no vemos a diario. Esa es la parte divertida de escribir, ¿no? Para mí siempre fue esa evasión lo que me atrajo a la literatura.

Tercero, lo buscamos en internet, por supuesto. Algo va a haber.
Es decir, no todos los lugares en donde quisiéamos situar nuestra historia serán lugares en los que hayamos estado. Ojalá que sí, pero a veces se torna complicado. ¿Y qué pasa entonces con los lugares que inventamos? Definitivamente tiene que haber una manera de describir lugares sin haber estado ahí como así también imaginar lugares que en la realidad no existen.

Y con esta idea, los espero en la próxima entrada en la que hablaremos de los lugares "no accesibles", cómo describirlos, documentarlos y vivirlos como si estuviéramos ahí.

Por lo pronto, como dije, inspírense con lo que ven todos los días.
Los veo ahí. Baaee...

8 comentarios:

EFM dijo...

Interesante y complicado tema el de los escenarios. Por suerte internet es una buena herramienta que te puede solucionar algunas cosas ^^

Yo utilizo la Wikipedia y el Deviant art sobre todo ^^
http://www.deviantart.com

Aquí hay fotografías e ilustraciones para dar y vender, que son muy inspiradoras *¬*


Saludos


Elewen

Rocío dijo...

Hola Elewen!

Gracias por comentar!
Lo bueno en este caso de los escenarios es que no importa que Internet no sea confiable, porque lo que nosotros necesitamos son imágenes que nos desaten a la escritura, que nos inspiren. Las imágenes, en ese sentido, son bastante honestas. No importa de dónde son si nos atrae poner ahí a nuestros personajes.
Así que, opino igual que vos, Internet es una gran -por no decir la mejor- herramienta en este sentido.

También me recomendaron la página de Deviant art y está muy buena. Una gran fuente de imágenes que yo también recomiendo echar un vistazo.

Saludos, Elewen! Nos leemos!

Rocío.

Anne dijo...

Entrada interesantísima. Yo también utilizo imágenes para inspirarme.

También tengo dos libros geniales, de Monica Wood, que se titulan "The Pocket Muse". Los pedí en Amazon el fin de semana pasado, y llegaron aquí el jueves! :)
En estos libros hay muchas imágenes que son geniales, y también frases y consejos para inspirarte. Tengo estos libros como un tesoro, y los recomiendo a cualquier escritor; aunque debe tener algunos conocimientos de inglés ;)

Un abrazo*

Rocío dijo...

Gracias, Anne ! :)

Sí, creo que las imágenes son lo mejor para inspirarse. Por lo menos a mí es lo que más me funciona. Quizás con música, alguna lectura, algún viaje se me ocurren las ideas, pero es recién con las imágenes que logro bajarlas a alguna realidad.

Gracias, también, por la recomendación!
Es un libro destinado especialmente a escritores o a cualquier artista en general?
De cualquier forma, pinta muy interesante.

Suerte! Nos leemos!

Rocío.

Anónimo dijo...

Totalmente cierto. Es muy difícil describir un escenario para nuestros personajes si nunca estuvimos allí. Para evitarme esto, en mis historias suelo inventar lugares, no sólo los nombres sino también los paisajes. Recurro mucho a mi imaginación y a recuerdos de lugares que visité o de documentales que vi (Discovery Travel & Living ayuda y mucho :P). Como no escribo en la computadora por tema de gustos (soy una romántica enamorada del lápiz-papel)internet en este caso no es mi opción :P
Eso sí, a la hora de ponerle título a algo... te lo regalo :P
Un saludo, Rocío!

Rocío dijo...

Hola Chule !! :)

Qué envidia que puedas inventarte lugares, te felicito. Yo hasta ahora no pude. O mis historias suceden en un lugar específico o no menciono el lugar donde suceden, pero de inventarme lugares, jamás pude. Invento cosas en lugares conocidos, eso sí...

Buen dato el de los documentales, no suelen llamar mucho mi atención, pero siempre puede haber algo interesante en ellos, es cierto.
En cuanto a los títulos, creo que tendré en cuenta el tema para alguna otra entrada, hay mucho que decir de ellos...

Saludos, gracias por comentar!

Rocío.

Wallo Girl dijo...

Vaya! Qué entrada más interesante!
Porque al leerla me he dado cuenta que uno de mis grandes fallos (otro más, tengo que hacerme una lista xD) es que describo bastante mal los escenarios u_u

Gracias por ayudarnos siempre ^^

Rocío dijo...

Gracias, Wallo Girl!

No te preocupes, a todos nos pasa. De hecho, escribí esta entrada porque a mí también me cuesta describir bien los escenarios.

De nada por ayudarte! Espero seguir siendo útil ;)
Cualquier cosa, me decís.

Saludos!

Rocío.