miércoles, 22 de enero de 2014

Conquistando a la idea indicada, "How you doing?"

En entradas anteriores del Taller de escritura, hablamos sobre el comienzo de este proceso: el surgimiento de la idea. Recuerdo que lo comparamos con el dilema del huevo y la gallina, cuestionando si primero surgía la idea y luego las ganas de escribir o viceversa. También, mencionamos que toda idea generalmente persigue tres pasos: surge, tiene un tiempo de vida y se expresa.  
Siempre hablamos de la idea individualizada, como un solo motor que hace funcionar la máquina de nuestro cerebro y nuestras manos poniéndonos en marcha para escribir. Sin embargo, a lo largo de las entradas antiguas poco y nada hablamos del problema que existe cuando la idea no es una, sino varias y muchas de ellas resultan contradictorias entre sí o poco coherentes. Pozo en el que yo, particularmente, caigo siempre. Tengo cinco ideas y quiero que las cinco se vean reflejadas en la misma novela. No vamos a decir que esto es imposible, pero no muy aconsejable.

Las ideas, ya saben, pueden surgir de diversas fuentes. Se me viene a la cabeza, el refrán En boca cerrada no entran moscas. Bueno, con las ideas sucede algo parecido. Diríamos, En mente cerrada no entran ideas. Esto suena a detalle, pero es en realidad muy importante. Dada la situación de que uno de ustedes está haciendo cualquier cosa que se les ocurra y de repente sin ningún tipo de aviso una idea se clava, cual rayo, en tu frente, lo mejor que podés hacer es salir en busca de una hoja de papel y apuntarla. Pero escritores, necesitan ser de mente abierta. ¿Por qué? Porque seguramente la idea que les resulte más interesante para escribir y la que más llame la atención de un posible lector sea aquella que les resulte más innovadora, que rompa con lo establecido. Y si somos de mente cerrada, es probable que descartemos este tipo de ideas no conservadoras.

Por lo tanto, que no cunda el pánico ante el revuelo de ideas que pueda aparecer. Mientras más ideas, mejor. Anótenlas todas, incluso las que les parezcan más locas (¡mente abierta!) Y será de esa pila de ideas anotadas que seleccionarán la más indicada para desarrollar aquello que se propongan. Hay que elegir una para empezar... y conquistarla.

 
¿Cómo saber si una idea es la indicada?
Nunca lo sabrás. Al menos no hasta que no hayas terminado de desarrollarla. Una idea puede parecerte fantástica ni bien aparece (como los primeros tiempos de un noviazgo, escoba nueva siempre barre bien) y luego, a medida que vas ampliándola y conociéndola más a fondo, puede no ser lo que esperabas. Lo más probable es que solo sepas con certeza si tu idea fue buena o no cuando hayas terminado de escribir una historia y te sientas satisfecha/o con ella.
Lo primero que habría que hacer para comenzar a conquistar una idea es escucharla. Tomar nota de todos los detalles que se nos vengan a la cabeza cuando pensamos en esa idea. Escribir una pequeña escena que la contenga también es un buen recurso y así, ir expandiéndola de a poco.
 
Lo más importante que quiero dejar en claro es que lo más factible será que aparezcan muchas ideas juntas, pero es un tanto peligroso querer incluir muchas en una misma historia. Hay que ser prudente y arrancar con una, la que más les guste, la que por intuición consideren mejor, y entenderla como la idea principal en la historia (la idea matriz). Luego, vendrá el turno de ir seleccionando de entre las demás solo aquellas que no contradigan a la primera y que permitan que la historia siga siendo coherente.
A veces, puede ocurrir que te toque bailar con la más fea, con lo cual la idea matriz no resulte ser buena y haya que descartarla. Es así, hay que intentarlo hasta dar con aquella que sea la indicada, con aquella que nos enamore y nos tenga sin poder dormir pensando en ella, pensando en cómo seguir conquistándola, en cómo seguir trabajando para que no se nos vaya.
Si sucede que encuentran aquella idea que los marca personalmente y la relación sigue tras página y página hasta convertirse en una historia completa, sean fieles a ella y defiéndanla con los argumentos necesarios para que se mantenga en pie. Luchen por esa idea hasta sacarla a la luz.
Después de todo, uno no encuentra un amor verdadero a cada vuelta de la esquina.

¡Hasta la próxima, colegas! ¡Buena escritura!
Espero sus comentarios mordiéndome las uñas. ¿Qué les pareció esta primera entrada de la nueva etapa del blog?

Fuente de la imagen: Friends Wiki.

6 comentarios:

Anabel Botella dijo...

Yo siempre arranco con una idea y después le doy forma. Más tarde van surgiendo algunas e intento no dejar cabos sueltos. Las apunto todas en una libreta y anoto también frases que se me ocurren para las escenas de la novela.
Una entrada interesante.
Besitos.

Rocío dijo...

Sí, pasa y generalmente el cuadernito con las ideas y frases termina siendo más largo que la historia en sí... A mí, en lo personal, me sirve mucho escribir diálogos sobre la historia o escenas, como vos decís.
¡Muchas gracias por tu comentario! Me alegra que te haya resultado interesante la entrada.

Saludos!

JMH dijo...

Hola Ro...cío! XD
Si te tengo que decir la verdad, la mayoría de las ideas no las anoto XD quedan flotando en mi cabeza hasta que algún día las pesco y las uso, ja.
Algunas hay que las anoto, en el cel o en libreta, pero no es lo usual.
Es que... mi cerebro trabaja cuando me acuesto, y no da levantarse, jaja


BTW, Well done!! :)

Rocío dijo...

Hola Ju...an! :P
Espero que no se hayan perdido unas cuantas por hacer eso.
Es cierto, pasa que ni bien te acostás empezás a dar vueltas y surge alguna idea justo en ese momento. Lo ideal es tener siempre en la cabecera un cuaderno y una lapicera para no tener que levantarse ;)

Saludos, colega!

JMH dijo...

Creo que algunas las he dejado tiradas (olvidadas) en algún fondo de algún cajoncito de mi cabeza, je

Pasa algo así http://www.phdcomics.com/comics/archive.php?comicid=1219 Como que el cerebro se despierta cuando debería dedicarse a dormir XD
Igual me tendría que levantar, porque la tecla de luz la tengo en la otra punta de la pieza, jaja

Bye!!

Rocío dijo...

Una lástima!
Jajaja, sí, es normal que a la noche/madrugada seamos más productivos. Hay más silencio, se puede pensar mejor. Yo a veces, si no puedo dormir, escribo o me pongo los auriculares. La música de fondo siempre ayuda.
Bueh, el que quiere celeste...

Bye!